Cuando visitamos un museo estimulamos la imaginación. La misma nos ayuda a explorar mentalmente el pasado, el futuro y le da impulso a nuestra creatividad.
Los museos son una parte importante de la transformación social de los países y regiones, desde su interior podemos no sólo conocer más sobre la cultura, si no también encontrarnos identificados en partes de nuestra historia como humanidad.
De acuerdo con el Consejo Internacional de Museos, la definición de museo es “una Institución pública o privada, permanente, con o sin fines de lucro y al servicio de la sociedad y de su desarrollo, que es accesible al público y acopia, conserva, investiga, difunde y expone el patrimonio material e inmaterial de los pueblos y su entorno para que sea estudiado y eduque y deleite al público.” Es cierto que hay una gran cantidad de personas a la que no le gustan los museos. Los museos tienen un ambiente solemne, pulcro, silencioso y casi sagrado. Sin embargo hay que tener en cuenta que estas condiciones se dan por cuestiones netamente de conservación de las obras. Dejando de lado este aspecto, al visitar a un museo utilizamos la imaginación.
En nuestra visita al museo usar la imaginación nos permite pararnos frente a alguna obra que tanto nos gustó y realizarnos un sin fin de preguntas que involucran nuestros sentidos. Pensar en el pasado, en la evolución, en el arte, en los colores, en los años, en diversos estilos y formas de vida. Podemos además visualizar y contextualizar la forma de mirar nuestro pasado, la actualidad social y cultural, sus transformaciones y desarrollo.
Imaginación, conocimiento, aprendizaje, significaciones, pasado y presente se unen en sólo lugar: los museos. Y es por esto que es interesante que puedas darle espacio a estos lugares mágicos.
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