Por Amelia Ferrer
¿Qué puedo escribir de Barcelona; además de las imágenes y palabras que nos traen las noticias? Barcelona es música, es la rambla y el Mediterráneo, es una identidad única, es modernismo y naturaleza, es creatividad, es historia de libertad y resistencia ante la opresión, es cultura. Para mi es todo eso, es el lugar de mis raíces y sobre todo, la ciudad donde vive el espíritu del genial Gaudí.
La Sagrada Familia. Su construcción inició en 1882. Es la obra maestra de Antoní Gaudi.
La historia de mi familia, como las de muchas otras está vinculada a esta hermosa ciudad que cantó Serrat, que pintó Miró y que ostenta algunas de las obras edilicias más preciosas de Antoní Gaudí. Mi abuelo vino de allí, como tantos otros, buscando tierras donde poder vivir en paz, apurado por las horas difíciles de la primera mitad del siglo 20. Y así don Ferré Pujol vino con su amor por la libertad y el trabajo y con ese espíritu mediterráneo que desde siempre estuvo presente en mí.
La Casa Batlló: en el número 43 del paseo de Gracia, un sitio imperdible en Barcelona
Además de mis raíces familiares, desde siempre me atrajo esa particular obra arquitectónica. El camino de la vida me llevó, en el momento justo, a visitar Barcelona. Allí pude experimentar el legado del genial catalán. Una vez leí sobre él: “Lo que el poeta construye en palabras, Gaudí lo construyó en piedra”.
Es que realmente es uno de los grandes genios de la humanidad, llamado habitualmente como el arquitecto del naturalismo, del modernismo, “el arquitecto de Dios”.
Detalle de la Casa Milà o La Pedrera, que Gaudí realizó entre años 1906 y 1910
Tuvo muy desarrolladas las capacidades humanas y espirituales de la intuición, que plasma un sentido de religiosidad sin practicar una religión en particular; la imaginación, esa fantasía creadora; y la inspiración: como gran observador de la naturaleza, hacía de su trabajo un culto sagrado. Todo eso se siente, se hace palpable, al caminar, al vivir esa verdadera experiencia que es Barcelona.
Gaudí generó su propio estilo orgánico en sus obras arquitectónicas (me gusta llamarlas «obras de arte») como un perfecto equilibrio entre la experiencia aportada de estilos anteriores y tradicionalistas (el pasado, la historia) y lo vanguardista (la innovación, el futuro). Se ocupó como un escultor, desde el diseño de los picaportes, faroles, azulejos y muebles, hasta la construcción de obras maestras como la Sagrada Familia, La Pedrera (Casa Millá), la Casa Batlló, el Park Güell, etc.
Barcelona es Gaudí. Sus obras marcan el espíritu de esta hermosa ciudad.
Además de raíces, para mí Barcelona es “Gaudí”, y haber tenido el privilegio de vivirla aunque sea de paseo por unos pocos días, fue vivir en los cuatro grandes amores de su vida: la arquitectura, la naturaleza, la religiosidad y Cataluña.
Gaudí generó su propio estilo orgánico en sus obras arquitectónicas
En estas horas donde algunos quieren hacernos sentir miedo o inseguridad, desde estas modestas palabras, queremos decir que Barcelona es vida, es fuente de inspiración, es una hermosa e inolvidable experiencia. Por eso, unimos nuestras voces con las de nuestros abuelos, con la fuerza creativa de los artistas, para decir también #fuerzabarcelona