Te invitamos a conocer una isla rodeada por aguas cristalinas y colores dignos del mar caribeño, pero atención, este paraíso natural se asoma por el margen de otra isla muy conocida, Florianópolis. Aunque no lo creas el sur de Brasil tiene para ofrecer más que surf y caipirinha en la playa.
Campeche ofrece un universo por descubrir, al este de Santa Catarina se asoma una larga playa que lleva el nombre de esta localidad y que en su extremo norte es conocida como Novo Campeche. Este destino combina una elegante zona comercial con el verde vegetal que protege a los médanos del avance del mar.
Ilha do Campeche, es el lugar que no podes dejar de conocer al viajar aquí. Está ubicada enfrente de la playa de Campeche y para llegar se tarda cerca de 30 minutos a bordo de lanchas que salen por la mañana desde la playa de Armação. Esta travesía depara aguas turquesas, arenas blancas y un morro rodeado de pinturas rupestres a las que se puede acceder con guías especializados.
Esta isla es un lugar que ha sido declarado de protección ambiental, por lo tanto, las visitas son controladas. Por día a la isla sólo pueden entrar alrededor de 800 personas y sólo se permite permanecer en ella durante 4 horas. El consejo de Lozada Viajes: reservá tu lugar con anticipación y planificá tus actividades, así no te perdés de conocer nada en esta reserva natural. Sin embargo, ¡no te preocupes! el tiempo será suficiente para aprovechar todo lo que tiene para ofrecer.
Al llegar te recibirán algunos guías y biólogos listos para darte toda la explicación sobre los horarios, tipos de senderos, lugares para nadar y las "reginhas" de la isla y así colaborar en la preservación. Para almorzar, te recomendamos llevarte algún tentempié, sino, hay un restaurante con especialidad en mariscos y un kiosko de sándwiches para quienes prefieran algo más autóctono.
Este encantador destino guarda rastros de pueblos precolombinos, como jeroglíficos, pinturas rupestres y piedras bellísimas que son visibles hasta el día de hoy. En este caso, los guías de Iphan ofrecen un paseo por la pista hacia esos puntos para verlos con claridad y poder llevarte las fotografías más increíbles. El paseo dura 1 hora, cuesta alrededor de 10 reales y es acompañado de un ave, la mascota de la isla. Será difícil no enamorarse de tanta belleza.
Sólo hay que tener cuidado con una cosa, los adorables quatis. Estos peludos no son naturales de la isla pero está llena de ellos. Los quatis son inofensivos pero muy ágiles a la hora de revisar tu bolso hasta encontrar algo de comida y llevárselo. Por lo tanto no olvides cuidar tus pertenencias o te quedarás sin tu bocadillo para el día.
Playa, mar, sol, morro, historia y mariscos. ¿Qué más se puede pedir? Una isla recóndida que te encantará visitar, a un paso de isla brasileña más conocida.
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